¡Mis reflexiones! El cambio lo decides tú...


"Quiero crear mi blog para inspirar,

educar y conectar con otros"

En mis reflexiones de mi primer blog, expresé: 

Aprender que puedo hacer todo

lo que quiera, si así lo decido;

porque el cambio está en ti.


Recuerdo a mi papá, en algún momento de nuestros encuentros y conversaciones, contarme o contarnos a mis hermanos y a mí acerca de su historia y modo de vida con mis abuelos, cuando él era niño. Él decía en sus relatos que yo, particularmente, adoraba escuchar de todas las maneras increíbles y de las travesuras que él hacía para escapar del orden que se le exigía, y que para su mente de niño, era algo que no cumpliría porque desconocía lo que se le pedía, y prefería responder a ello de la forma que todo niño en su momento haría, simplemente escapar de la situación.


Eso me parecía algo impensable, sobre todo cuando recibía de él mucha comprensión y cariño. La mayoría de las veces escuchamos que todo lo que hace lo trae de su infancia, sus traumas, sus padres tan exigentes. ¡Claro! Aquí, desde mis comienzos y recuerdos, lo veía como una persona increíble porque era capaz de entender todo; no había límites en ello. Lo recuerdo tan lleno de equilibrio a la hora de querer transmitir lo que quería, sea enseñanza o hacerte reflexionar, que lo que pudieras haber hecho o equivocado, que debía reprender, era para que reflexionaras y tú decidieras el camino a tomar.

Esto para mí era lo normal, su pausa, su equilibrio; lo recuerdo y admiro por eso que me transmitía, como niña, adolescente y luego mujer. Lo más importante de mi aprendizaje de vida junto a mi papi era la importancia que él buscaba, y a la misma vez brindaba que es, el respeto hacia los demás, hacia el otro, sea la persona que fuera, sin importar su edad. Recuerdo a mi papi, planeando todo; era realmente muy organizado, escribía todo, hacía cálculos, presupuestos, ordenaba su tiempo para compartir. Planificaba y ordenaba su vida, en torno al respeto y la seguridad que esto le brindaba.

Mis padres estaban divorciados desde que yo tenía cinco años; por esto tuve, junto a mis hermanos, muchos cambios y estilos de vida, que me permitieron ver y entender una vida sujeta a cambios, y que no por esto el mundo o tu mundo se podría desvanecer.

Es aprender a aprender de los cambios y de las diferentes realidades percibidas. En un mundo que entendemos, debería ser… Con patrones definidos de una sociedad exigente, punzante y no comprensible de los errores.


Todo debía estar sujeto, de una manera o de otra, para cumplir un modelo de vida, que se suponía era perfecto. Cumplir etapas desde niños, ir escalando en la sociedad, para que pudieras ser exitoso, ¿según quién? Todos juzgaban, lo recuerdo. Mi mamá, intrépida, hermosa, vivaz y atrevida, logró su profesión y cumplió con sus propios cánones. Era un ejemplo de mujer diferente en esa sociedad de mi niñez: ella solo quería cumplir sus expectativas diferentes a todo.

Eran completamente inversos e increíbles, cada uno en sí mismo, cada uno en su esencia. Aquí, en esta diferencia de ambos, entendí el valor de cada uno, en esa sociedad donde divorciarse era catalogado como un fracaso. Ellos tomaron las riendas de su vida, para el beneficio nuestro, cada uno a su manera, con sus errores, pero aprendiendo de tener tres hijos y su responsabilidad.


Mi papi decidió retomar su vida a través de la autoayuda, lecturas que, en ese momento, no todo el mundo conocía. Lo recuerdo en su propia búsqueda:  estudiaba en la universidad, trabajaba, hacía yoga, ejercicios, leía, se cuidaba y nos cuidaba; el tiempo que le correspondía con nosotros era su encuentro. Me encantaba porque era muy dedicado y enfocado; aunque yo era niña, me daba mucha importancia. Tomaba con mucha alegría ser padre; me gustaba mucho escucharlo, entenderlo, siempre acompañarlo. Mis vacaciones eran disfrutar a mi papá; si estaba en nuestras posibilidades viajamos, sino compartimos con mi familia paterna, abuelo, tíos y primos. Fueron maravillosas experiencias. Todos juntos.


Mi papá, motivador y referente de mi vida, ha sido el mejor acompañante, cómplice, de mis aventuras de crecimiento personal y de aprender a ser consciente de lo que vives en cualquier momento de la vida. Recuerdo cuando que cuando estábamos juntos, tomando café, en cualquier espacio y tiempo donde pudimos compartir, en una conversación, una reunión, etc... Él siempre citaba un libro de autoayuda que era su predilecto:


“Cómo suprimir las preocupaciones y disfrutar de la vida” (Dale Carnegie, 1955) Publicación 1948.

Era su referente. Lo leía tanto que lo convirtió en sus hábitos de vida. A este le sucedieron muchos otros, como:

 “Tus zonas erróneas” (Wayne Dyer, 2015) Publicación 1976

 “Juan Salvador Gaviota” Obra 1970 (Richard Bach) Publicación 1970

 “El milagro más grande del mundo” (Og Mandino, 1996) Publicación 1968 


Compartir estas lecturas y conversaciones sobre estos libros y sus autores me ha llevado a siempre estar en la misma búsqueda de crecimiento personal. Es por esto que quiero expresar mi agradecimiento y aprendizaje de vida a mi papá, que me enseñó tantas cosas para percibir la vida y buscar el modo de resolver siempre con tus principios y valores por delante, ante cualquier situación y vulnerabilidad que la vida nos presente, porque todo tiene solución; solo debemos buscarla en nosotros. Es por esto que desde mi experiencia y como reflexión, puedo decir a viva voz: 


 “Que todos podemos cambiar, si así lo deseamos,

 porque el cambio lo decides tú”.


Mi papá para siempre conmigo: Tomás Antonio Duque Salinas (1931/2018). 

Un café siempre para él…


@yolandaduqueart

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